Es Tiempo de Mujeres en México

Por Dra. Nayana Guerrero, Azucena Enríquez, Paola Baltazar, Luisa Barajas, Cecilia Pineda, Jimena Sandoval y Victoria Rivera

16 de diciembre de 2024

La Doctora Claudia Sheinbaum Pardo rompió el techo de cristal en México. A 71 años de haber obtenido el derecho a votar y ser reconocidas como ciudadanas, hoy las mujeres de México pueden permitirse aspirar a ser presidentas. Ya no existen más los imposibles en las metas de las nuevas y viejas generaciones, se demuestra con la Presidenta Claudia Sheinbaum que si se puede y se podrá para muchas mujeres más. A continuación, se presenta el impacto de tener una mujer a la cabeza del país en México, el largo camino del derecho al voto de las mexicanas y la importancia de la utilización del lenguaje incluyente y no sexista.

Barbie dijo, “Sé lo que quieras ser,” y hoy ya podemos ser presidentas. Las niñas ya no solo pueden jugar a ser presidentas también pueden serlo. Tener una mujer presidenta es una motivación e inspiración para las niñas y jóvenes. Antes ocupar un puesto de liderazgo político era cosa de hombres; hoy, en México, es una realidad que cualquier mujer puede ser líder y tener un alto cargo en el gobierno del país. Es inspirador que una mujer ocupe un puesto de liderazgo político porque mujeres empoderadas, empoderan mujeres.

Sin embargo, no ha sido un recorrido sencillo ni corto. Tuvieron que pasar 71 años para romper el techo de cristal, una metáfora que designa un tope para la realización de la mujer en la vida pública y profesional, generado por los estereotipos de género.

El derecho al voto para la mujer no fue un derecho concedido, es parte de una lucha que duró años y que empezó a exigirse a inicios del siglo XX. El sufragio femenino en México fue impulsado por múltiples mujeres entre las que destacan Elvia Carrillo Puerto, Hermila Galindo, Margarita Robles de Mendoza, María Ríos Cárdenas y Esther Chapa.

Margarita Robles de Mendoza y Elvia Carrillo Puerto, son reconocidas como unas de las primeras sufragistas mexicanas exigiendo los derechos políticos de las mujeres, siendo esta última una de las primeras mujeres electas.

María Ríos Cárdenas, Esther Chapa, y Hermila Galindo exigen el derecho al voto a través de mítines políticos, huelgas de hambre y manifestaciones. Marcando un momento clave en la lucha por el sufragio femenino, Hermila Galindo solicitó por primera vez al congreso constituyente el voto femenino en 1917.

No fue hasta mitad del siglo XX, el 17 de octubre de 1953 que las mujeres lograron el derecho a votar y a ser votadas. Sin embargo, en México sólo 8 mujeres han sido candidatas a la presidencia. En 1982, Rosario Ibarra de Piedra se postuló como la primera candidata a la presidencia de México. Pero no fue sino hasta 2024 que como lo indicó la presidenta Claudia Sheinbaum en su discurso de toma de protesta “por primera vez no en 200 años, sino en 500 años no había habido una mujer presidenta de México.” Ha sido una lucha larga y con altibajos en la que Sheinbaum dijo ¡No llego sola, llegamos todas las mujeres de México!

Por primera vez en la historia de México se utiliza la palabra presidenta. Si existe la palabra reina para referirse a la máxima soberana de una monarquía, ¿por qué no feminizar presidenta cuando se trata de una república?

En el “video del acertijo” la periodista Inma Gil Rosendo habla sobre la parcialidad implícita que se define como un prejuicio inconsciente que puede dar lugar a una falta de neutralidad. Estos estereotipos subconscientes relacionan conceptos y rango de poder con categorías de personas. Por ejemple, cuando pensamos en quién puede liderar un país frecuentemente pensamos en un hombre.

La Presidenta de México indicó en su discurso de toma de protesta la importancia del lenguaje incluyente no sexista. Constantemente en sus intervenciones la Dra. Sheinbaum subraya la necesidad de visibilizar la presencia de las mujeres en las diferentes profesiones, cargos y oficios.

La carencia histórica de términos femeninos referidos a cargos y oficios se vincula con la lucha de la historia de las mujeres en abrirse caminos en espacios mayormente masculinizados.

El lenguaje incluyente y no sexista hace referencia a toda forma de expresión sin discriminación. El lenguaje inclusivo busca promover una cultura de igualdad y reconocimiento de los derechos de las mujeres.

Lo que no se nombra no existe. La forma de expresión ha sido mayormente androcéntrica. El androcentrismo expresa una visión del mundo donde el hombre es el referente por default, el modelo a seguir. Históricamente los espacios de toma de decisiones han sido ocupados mayormente por hombres, pero esto está cambiando.

La presidenta Claudia Sheinbaum ha dicho que es “tiempo de mujeres” lo que representa romper los estereotipos y las barreras que enfrentan las mujeres en varias esferas de la vida, es una oportunidad contra la violencia de género, pero sobre todo el momento de alcanzar la igualdad sustantiva.

Dra. Nayana María Guerrero Ramírez es profesora titular de la asignatura empresarial “liderazgo de las mujeres en las organizaciones para el desarrollo sostenible” que se imparte en la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Nacional Autónoma de México, es antigua académica global en American University y forma parte del comité directivo de la Red UNAM DC.

Azucena Enríquez García es profesora adjunta de la asignatura empresarial.

Paola Baltazar Vargas, Luisa Maria Barajas Torres, Cecilia Pineda Vargas Frida, Jimena Sandoval Vázquez y Victoria Rivera Mejia son alumnas de la asignatura empresarial.

Este texto es parte del trabajo final de la asignatura “liderazgo de las mujeres en las organizaciones para el desarrollo sostenible” que se imparte en la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Leave a comment

Leave a comment